UNA CASA QUE MIRA AL MAR DE JÁVEA
Dos cuerpos que se adelantan, dos cajas superpuestas sobre un volumen longitudinal adosado a la pared casi vertical. Situada en una ladera escarpada, esta vivienda de líneas minimalistas se proyecta directamente sobre la montaña como un gran balcón contemporáneo.
Llegamos a la parcela por el oeste. A cota de calle, accedemos al garaje y a la entrada peatonal. El sótano, ubicado a esta altura, toma ventaja de la inclinación del terreno y se integra en el entorno al estar sus muros revestidos con piedra. En esta planta localizamos un gran espacio destinado al almacenamiento, además de gimnasio, garaje y un despacho, iluminado por un patio inglés.
Si subimos los peldaños que nos separan de la planta baja, a través de una escalera con barandilla de cristal que nos hace abrazar el paisaje, nos recibe la fachada principal de la casa, con un portón de acceso que es toda una bienvenida para el visitante. A nivel interior, esta zona funciona como núcleo de comunicación al estar conectado con la escalera y el ascensor. A ambos lados de esta se sitúan los espacios sociales: cocina con lavadero, office y barbacoa en un lateral, y salón comedor en el otro. La zona de comedor, de doble altura y con muros casi totalmente vaciados que prolongan la mirada inevitablemente hacia el exterior. Sobre ella discurre una pasarela en la planta superior, enteramente destinada a zona de noche. Este corredor sobrevolado divide a su vez la planta para incluir por un lado dos dormitorios, con baño ensuite y zona de estudio y, por otro, la habitación principal que comparte vistas panorámicas del exterior con el salón en planta baja, sobre el que se ubica. Efectivamente, desde cualquier ángulo la mirada converge en el jardín y, finalmente, en la piscina, cuyo lateral acaba fundiéndose con el mar.
Las carpinterías interiores, lacadas en tono café, los paramentos en piedra natural en la cocina o el salón o la escalera realizada en madera, son elementos que generan una sensación de calidez muy marcada presente en toda la vivienda. En el exterior, negro y blanco se contraponen en una apuesta por la rotundidad en este proyecto de arquitectura en Jávea.